domingo, 22 de julio de 2007

¿EXISTE EL JESÚS HISTÓRICO?

Hay periódicamente artículos que hacen eco de libros y películas que hablan de Jesús como si fuera un personaje inventado, incluso leí la idea peregrina que fue inventado por sacerdotes de Seraphis en el antiguo Egipto. ¡Cuánta ignorancia...!
Es cierto que hay similitudes entre las fuentes literarias de la Biblia y la literatura de los pueblos vecinos a los judíos. Ahora no querría entretenerme al analizar estas fuentes, que no sólo son egipcias. Decía Joan Montalvo (1832-1889) en una réplica a un sofista pseudocatòlico que “todo lo que Jesús predicó después, Sòcrates lo predicó antes; casi todo el que Sòcrates practicó antes, Jesucristo lo enseñó después. Si Sòcrates hubiera vivido en el tiempo de Jesús, hubiera sido el primero de sus discípulos”.
En realidad, aquí se exagera la cosa: el cristianismo tiene una especificidad muy concreta, que no tenía Sòcrates (la humildad, el perdón…) pero ahora no nos pararemos aquí, sino para mostrar que la influencia –las fuentes- de la filosofía griega son mucho más fuertes que las egipcias. Basta ver los libros de San Lucas para darse cuenta de la influencia griega. A pesar de ello el ambiente cultural más importante es el judío, lo cual es tan evidente (ver los escritos de San Mateo o de San Pablo) que no basta decir más.
Pero debemos decir que el mensaje cristiano aporta grandes cosas a la tradición judía dónde está injertado este mensaje, y todo esto se concreta en el sermón de la montaña (cfr. San Mateo, capítulos 4-6): por citar algo, el amor a los enemigos y el perdón, o por decirlo con una parábola que evidencia que Jesús nos da luces nuevas sobre la revelación del Dios judío, la historia del hijo pródigo.
En cuando a las fuentes bíblicas, es verdad que el primer papiro de San Juan debemos datarlo sobre el 125 (¡Tan sólo 25 años del original del Apóstol!). Por citar una fuente bien nuestra, el “papirus Barcinonensis” (papiro de Barcelona) es del final del s. II (el más antiguo del evangelio de Mateo).
Querría recordar que no hay ningún otro escrito de la antigüedad del cual se conserven tantas copias, ni tan próximas en el tiempo al escrito original. Las obras de Platón (del siglo IV antes de Cristo) se basan en copias del siglo IX (1300 años después!!!), y lo mismo podemos decir de otros clásicos (como Julio César, 1100 años después…) de los que no hay dudas de su autenticidad. En este sentido se está trabajando mucho, y las fuentes bíblicas están bien documentadas.
En cuando a documentación romana, por mostrar qué referencias tenemos de los contemporànios sobre Jesús, podemos citar a Petronio, que escribió “Satiricó” entre el año 64 y el 65, y por guasear de los cristianos hace referencia a algunas escenas de la vida de Jesús narradas en el Evangelio de Marcos (unos estudios recientes demuestran que conocía perfectamente este Evangelio, que debemos datar antes de esta fecha, bien en la forma actual o en una anterior). Plinio el Joven escribió una carta al emperador romano Trajàno, hacia el año 112, y dice que los cristianos “cantan un himno a Cristo, invocándolo como un dios” (Epístola x, 96). Y el historiador romano Tácito, hacia el 115 tiene un escrito , “Anales” que dice en el capítulo XV, sobre los rumores que Nerón provocó por desviar la responsabilidad del incendio de Roma: “presentó como culpables y castigó con suplicios refinados los denominados cristianos, que la gente odiaba por sus delitos. Los autores de este nombre, Cristo, durante el imperio de Tiberio, había sido condenado al suplicio por el procurador Poncio Pilato; pero, aun cuando reprimidos por el momento, la perniciosa superstición volvió a resurgir, no sólo a en Judea, origen del mal, sino también a la Urbe”. Por último, Suetonio hacia ell año 120 hace referencias (ver sus libros sobre Claudio y Nerón, que tienen un error de transcripción, ya que en lugar de Cristo escribe Crest).
En cuando a los documentos judíos, el Talmud es la recopilación más importante de escritos rabínicos, y habla de Jesús como un traidor al que “se colgó la vigilia de la fiesta de la Pascua”, y varias veces hace referencia a Jesús.
El historiador judío Flavio Josefo en “Guerra Judaica”, obra del año 79 y “Antigüedades Judaicas” (del 95), del que cogemos una última citación, para acabar: “existió en este tiempo Jesús, hombre sabio, si se puede decir hombre, puesto que hacía obras extraordinarias y era maestro de hombres que acogen con placer la verdad. Atrajo muchos judíos y también muchos griegos. Era el Mesias. Habiéndolo castigado Pilatos con la cruz, por denuncia de los hombres notables entre nosotros, aun así, no desistieron aquellos que le habían estimado desde el principio. Se les apareció al tercer día otra vez vivo, según habían dicho antiguamente los divinos profetas sobre él y otras mil cosas admirables. Todavía hoy no ha decaído la tribu de quienes, a partir de él, se denominan cristianos”

Autor: Llucià Pou Sabaté

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